Te regalo mi cintura y mis labios para cuando quieras besar te regalo mi locura y las pocas neuronas que quedan ya. Mis zapatos desteñidos, el diario en el que escribo, te doy hasta mis suspiros pero no te vayas más. Porque eres tú mi sol, la fe con que vivo, la potencia de mi voz, los pies con que camino, eres tu amor mis ganas de reír, el adiós que no sabré decir porque nunca podré vivir sin ti.
Si algún día decidieras alejarte nuevamente de aquí, cerraría cada puerta para que nunca pudieras salir.

15 de abril de 2011

Gracias




Gracias por enseñarme que la vida existe, por el lado bueno de estas cosas tan tristes. Desde que llegaste me iluminaste con tu amistad ,con esa facultad que tienes de sinceridad y tu seriedad casi fingida con el tiempo y tus sonrisas.

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