Te regalo mi cintura y mis labios para cuando quieras besar te regalo mi locura y las pocas neuronas que quedan ya. Mis zapatos desteñidos, el diario en el que escribo, te doy hasta mis suspiros pero no te vayas más. Porque eres tú mi sol, la fe con que vivo, la potencia de mi voz, los pies con que camino, eres tu amor mis ganas de reír, el adiós que no sabré decir porque nunca podré vivir sin ti.
Si algún día decidieras alejarte nuevamente de aquí, cerraría cada puerta para que nunca pudieras salir.

6 de mayo de 2011

Inevitable

Una sonrisa, una mirada son suficientes para enloquecer. Y es que me encuentro entre la espada y la pared, pues quiero y no quiero a la vez. Que tus labios son veneno, que en tus ojos caigo en un abismo donde muero, y, a pesar de que sepa de antemano que me lleva a una dulce locura, no puedo evitarlo.


Ven y dime como hago para no caer en la tentación de probar tu veneno, ese veneno que al mismo tiempo destroza y endulza mi vida, me congela en dolor y quema mi corazón, mi alma y mi sonrisa. 

1 comentario:

Albita dijo...

Precioso texto.
Buen blog, chica :)
Unbesote enorrrme!