Te regalo mi cintura y mis labios para cuando quieras besar te regalo mi locura y las pocas neuronas que quedan ya. Mis zapatos desteñidos, el diario en el que escribo, te doy hasta mis suspiros pero no te vayas más. Porque eres tú mi sol, la fe con que vivo, la potencia de mi voz, los pies con que camino, eres tu amor mis ganas de reír, el adiós que no sabré decir porque nunca podré vivir sin ti.
Si algún día decidieras alejarte nuevamente de aquí, cerraría cada puerta para que nunca pudieras salir.

18 de febrero de 2011

Al mal tiempo buena cara


Hay días en los que pretendo disimular, en los que aparento estar bien, pero en el fondo no es así, pues por dentro llevo todo el dolor y la tristeza, que intento enmascarar con una sonrisa. Y es que ya no se que duele más, si tenerte cerca y luchar contra mis sentimientos, ahogandome en todas las cosas que me gustaría decirte o ver como te vas sin más, sin saber si volveré a verte alguna vez. Es difícil vivir sabiendo que voy a perderte, que las cosas no van a cambiar, es difícil, pero lo estoy intentando.
Tus palabras a veces son como pequeñas espinas, que intento digerir lo mas cuidadosamente posible, sin ahogarme en el dolor, la impotencia y la rabia que éstas me producen.
Odio amarte tanto, aún sabiendo que me hago daño a mi misma, pero es que mi corazón no puede hacer otra cosa que amarte.

No hay comentarios: