Te regalo mi cintura y mis labios para cuando quieras besar te regalo mi locura y las pocas neuronas que quedan ya. Mis zapatos desteñidos, el diario en el que escribo, te doy hasta mis suspiros pero no te vayas más. Porque eres tú mi sol, la fe con que vivo, la potencia de mi voz, los pies con que camino, eres tu amor mis ganas de reír, el adiós que no sabré decir porque nunca podré vivir sin ti.
Si algún día decidieras alejarte nuevamente de aquí, cerraría cada puerta para que nunca pudieras salir.

13 de febrero de 2011

Amor a primera vista

Una sola mirada bastó para que la joven que estaba sentada al otro lado de la barra se enamorara del camarero. En sus ojos había algo que no veía en los demás, algo mágico que atraía sin duda a la chica. Era como si con la mirada pudiera hablarla y decirla lo que sentía, lo que pensaba, lo que quería... algo tan extraño que ni ella misma podía explicar.
Absorta en aquella mirada que parecía como si la desnudara, a Naira le llegó la hora de irse a casa.
-Venga ya no te lo repito más, a las doce tenias que haber estado en casa y ya son casi y media- dijo David con voz enfadada.
-¿Pero ya que mas da por cinco minutillos más? déjame hasta y media porfavor...- suplicó la joven a su tío.
-Naira ya te lo he dicho, y como no vengas ya para casa se lo diré a tu padre- cortó malhumorado a su sobrina.
-Esta bien, ya voy- respondió la adolescente resignada.

Cuando la joven llegó a su casa subió las escaleras sin hacer apenas ruido hasta llegar a su cuarto. Una vez allí alzo la persiana y se asomó por la ventana para contemplar el hermoso paisaje que desde allí se podía ver. Millones de estrellas adornaban el cielo y las montañas se alzaban por encima de las pequeñas casitas blancas que habitaban aquel pueblo. A lo lejos se podía divisar diminutos puntos de luz que formaban parte de otros pueblos. La oscuridad y el silencio penetraban todos los rincones. Naira cerró la ventana, se desnudó y se tumbó en la cama. Intentaba dormirse pero no podía dejar de pensar en aquellos ojos de color miel que había visto aquella noche. Esperaba ansiosa volver a ver a aquel chico.
Minutos más tarde sus párpados se cerraron al fin.

No hay comentarios: