Te regalo mi cintura y mis labios para cuando quieras besar te regalo mi locura y las pocas neuronas que quedan ya. Mis zapatos desteñidos, el diario en el que escribo, te doy hasta mis suspiros pero no te vayas más. Porque eres tú mi sol, la fe con que vivo, la potencia de mi voz, los pies con que camino, eres tu amor mis ganas de reír, el adiós que no sabré decir porque nunca podré vivir sin ti.
Si algún día decidieras alejarte nuevamente de aquí, cerraría cada puerta para que nunca pudieras salir.

14 de febrero de 2011

El y ella


Al fin sus cuerpos entrelazados gozaban del placer de amor, sus manos se acariciaban y sus labios se buscaban mutuamente para encontrarse en un cálido y dulce beso. Ambos lo habían deseado tanto que sus almas no podían estar mas llenas de felicidad que en ese momento. Nada más importaba, sólo él y ella. Dos corazones unidos por un fuerte amor que nadie jamás podria separar.

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